Valdelateja es una pequeña localidad situada en el Valle de Sedano a 59 km. de Burgo. El pueblo se encuentra escondido entre los montes y es poco conocido. El lugar se caracteriza por estar dividido en dos barrios por el río Rudrón. No obstante, su entorno rural es favorece el turismo de montaña, es decir, es propicio para el senderismo.
Se puede llevar a cabo un recorrido a pie hasta la cima donde existió un castro prerromano que dura aproximadamente una hora y media. También se puede llevar a cabo un recorrido hasta una pequeña ermita de una nave y cubierta de madera de construcción hispanovisigoda.
Las mejores panorámicas se encuentran donde, según la tradición, fueron martirizadas santa Elena y santa Centola en época del emperador Diocleciano. Además, se dice que quien pasa un pañuelo por la piedra donde las decapitaron acaba siendo de color rojizo por la sangre derramada.
Se puede volver de vuelta al pueblo por el despoblado de Siero que estuvo habitado hasta 1914 y las piedras de la iglesia fueron utilizadas posteriormente para el templo de santa Eulalia. Actualmente, sigue quedando en su interior esculturas de madera de las dos santas.
En este paraje se debe de hacer un descanso en su balneario conocido ya en el siglo XIX cuando ofrecía sus aguas para tratar el reumatismo y la artrosis.
Se puede llevar a cabo un recorrido a pie hasta la cima donde existió un castro prerromano que dura aproximadamente una hora y media. También se puede llevar a cabo un recorrido hasta una pequeña ermita de una nave y cubierta de madera de construcción hispanovisigoda.
Las mejores panorámicas se encuentran donde, según la tradición, fueron martirizadas santa Elena y santa Centola en época del emperador Diocleciano. Además, se dice que quien pasa un pañuelo por la piedra donde las decapitaron acaba siendo de color rojizo por la sangre derramada.
Se puede volver de vuelta al pueblo por el despoblado de Siero que estuvo habitado hasta 1914 y las piedras de la iglesia fueron utilizadas posteriormente para el templo de santa Eulalia. Actualmente, sigue quedando en su interior esculturas de madera de las dos santas.
En este paraje se debe de hacer un descanso en su balneario conocido ya en el siglo XIX cuando ofrecía sus aguas para tratar el reumatismo y la artrosis.
MGP
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