Sevilla

La capital hispalense es conocida tanto por sus emblemáticos monumentos característicos de la ciudad, como por ser una de las fuentes del flamenco andaluz.

A pesar de no estar bañada por la costa, Sevilla queda dividida por el río Guadalquivir, el cual recorre toda la ciudad.  El paso de este río deja una estampa característica de la ciudad tanto estéticamente ( la campiña queda rodeada de bosque y otros vegetales), como histórica y culturalmente. En el s. XIII, a partir del descubrimiento de América, el puerto de Sevilla en las aguas del Guadalquivir se conviertió en el núcleo del mercado en la Península Ibérica, donde partían hombres, barcos y materiales con destino al Nuevo Mundo. Aquí se crea la Torre del Oro, que constituye parte del amurallado que protegía el puerto de Sevilla que, a su vez, se convirtió en el receptor de todo el tráfico con el nuevo continente.

Entre sus muchas actividades y opciones de visita de la ciudad, monumentos tan emblemáticos como la Giralda, La Catedral de Sevilla y El Alcázar, son sin duda los más importantes. A orillas del Guadalquivir se sitúa el Puente de Triana, que toma el nombre del Barrio de Triana, uno de los barrios más característicos y conocidos de la ciudad por las casitas pintadas de blanco debido a la solera que da en los meses de más calor,. Como punto de partida de las primeras rutas hacia la conquista de América, Sevilla guarda en honor a Colón un paseo a orillas del Guadalquivir que recibe su nombre. Podemos encontrar también el Puente del Alamillo, uno de los puentes que se hicieron para la Expo'92 celebrado en la ciudad.

A su vez, se pueden hacer excursiones en barco recorriendo el Guadalquivir y visitando las rutas que se hacían hasta el Puente del Oro.

Para finalizar, cabe destacar la buena comunicación de la ciudad, que cuenta con el Aeropuerto de San Pablo, el Tren de Alta Velocidad (AVE), construido con motivo de la Exposición Universal de 1992, y el metro, que se inauguró en el año 2009.
M.S.S