lunes, 21 de febrero de 2011

Alpes austríacos: Parque nacional de Hohe Tauern III

Todos estos pueblos guardan la tradición de la zona, con casas con balcones de madera, muchas de las cuales, antiguas granjas, se han convertido en gasthoff, donde sirven los platos tradicionales de la región, una mezcla de cocina centroeuropea e italiana. Los platos típicos de Hohe Tauern son las knodel o albóndigas austriacas, el pescado de río,  y  los schlutzkrapfen (raviolis de queso).

El último atractivo de este parque nacional es una ruta por las cascadas, que quedan justo al otro lado del Grossvenediger; pero la imponente muralla de montañas obliga a retroceder para recuperar la carretera principal en Mittersill y, de paso, disfrutar de la visión de los numerosos establos taraceados como relojes de cuco gigantes, construidos para dar cobijo a las reses en invierno. En Krimml, hay que dejar el coche para tomar el sendero que lleva a lo alto de las famosas cascadas.

Estas cascadas están formadas por tres grandes caídas y tienen un desnivel de casi 400 metros –son las más altas de Europa- pero adaptando el ritmo con la ayuda de un bastón, la excursión es apta para todos los públicos. Además, las distintas terrazas permiten al senderista descansar y admirar del arcoíris que se dibuja sobre la cortina de agua.
En definitiva, el Parque Nacional de Hohe Tauern, encarna la cara más salvaje de Austria, y desde su creación en 1981, está considerado como uno de los mayores éxitos de conservación. Un hábitat intacto en el que viven marmotas, íbices y rebecos, y en el que hombre está presente en su justa medida. MSS





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