Los senderos de la Costa Brava son también llamados caminos de ronda. Sant Feliu de Guíxols y Begur delimitan el tramo más variado de este sendero, que se asoma a las calas intactas y vertiginosos acantilados. Este camino cuenta con un total de 41 kilómetros, que pueden recorrerse en 3 días o por etapas de un par de horas (unos 6 kilómetros).
Por el sur, la ruta comienza en el puerto de Sant Feliu Guíloxs y se dirige hacia la localidad de Platja d'Aro, que se encuentra junto al mar, con cuestas que sube acantilados y senderos que bajan a plácidas calas en las que darse un baño y descansar. Al llegar a los núcleos urbanos, el camino se interrumpe y continúa por calles, paseos y playas. En S'Agaró arranca uno de los tramos más elegantes del camino de ronda por la Costa Brava. Este magnífico camino sigue un relieve accidentado a través de escaleras y miradores, hasta llegar a la playa de Sa Conca, al sur de Platja d' Aro.
Tras pasar esta localidad, comienza un largo tramo que lleva a Calonge y a Palamós en 2,30 horas, pasando por calas vírgenes, torres vigía medievales, túneles y jardines. Hay que descender a las recónditas calas de Sa Cova y del Pi, dejándose seducir por la torre Valentina (s.XVI), en donde se pueden contemplar las vistas del mar, el ocre de las rocas y el verde de los pinos.
Continuando este camino, surgen las playas de Palamós y Calella de Palagrugell. El paso por acantilados y seductoras calas como La Fosca, S'Alguer y Castell -la única gran playa de la Costa Brava sin urbanizar-.
En el centro de Calela de Palafrugell, una antigua aldea de pescadores, se suceden las calas de Port Bo y Canadell, que en la antiguedad fueron objeto de litigios, naufragios, ataques de piratas y una batalla naval que en 1285 enfrentó a las armadas francesa y aragonesa.
Siguiendo el camino llegamos al pueblo de Llafranc, y sigue por Cala Pedrosa, Tamariu y Aigua Xelida. Otro punto ineludible es el faro y la ermita de Sant Sebastiá, en una calita entre Llafranc y Tamariu que se asoma al mar a 178 metros de altitud. Finalmente se alcanza la bahía de Aiguablava, el cabo de Begur y las calas entre acantilados de Sa Tuna, Siguafreda y Sa Riera, ideales para acabar el viaje para saborear junto al mar un siquet de pescado (guisado con patatas) o un arroz marinero. MSS
Enhorabuena por el artículo, la verdad es que hay ya ganas de verano...
ResponderEliminarPara mi, un lugar imprescindible de para visitar en nuestro país es la Costa Brava, y concretamente Ampuriabrava. Es impresionante los paisajes y las torres de lujo que podemos encontrar en este lugar.
¡Un saludo!