martes, 15 de febrero de 2011

Costa Brava: los caminos de ronda

Los senderos de la Costa Brava son también llamados caminos de ronda. Sant Feliu de Guíxols y Begur delimitan el tramo más variado de este sendero, que se asoma a las calas intactas y vertiginosos acantilados. Este camino cuenta con un total de 41 kilómetros, que pueden recorrerse en 3 días o por etapas de un par de horas (unos 6 kilómetros).

Por el sur, la ruta comienza en el puerto de Sant Feliu Guíloxs y se dirige hacia la localidad de Platja d'Aro, que se encuentra junto al mar, con cuestas que sube acantilados y senderos que bajan a plácidas calas en las que darse un baño y descansar. Al llegar a los núcleos urbanos, el camino se interrumpe y continúa por calles, paseos y playas. En S'Agaró arranca uno de los tramos más elegantes del camino de ronda por la Costa Brava. Este magnífico camino sigue un relieve accidentado a través de escaleras y miradores, hasta llegar a la playa de Sa Conca, al sur de Platja d' Aro.
Tras pasar esta localidad, comienza un largo tramo que lleva a Calonge y a Palamós en 2,30 horas, pasando por calas vírgenes, torres vigía medievales, túneles y jardines. Hay que descender a las recónditas calas de Sa Cova y del Pi, dejándose seducir por la torre Valentina (s.XVI), en donde se pueden contemplar las vistas del mar, el ocre de las rocas y el verde de los pinos.

Continuando este camino, surgen las playas de Palamós y Calella de Palagrugell. El paso por acantilados y seductoras calas como La Fosca, S'Alguer y Castell -la única gran playa de la Costa Brava sin urbanizar-.
En el centro de Calela de Palafrugell, una antigua aldea de pescadores, se suceden las calas de Port Bo y Canadell, que en la antiguedad fueron objeto de litigios, naufragios, ataques de piratas y una batalla naval que en 1285 enfrentó a las armadas francesa y aragonesa.

Siguiendo el camino llegamos al pueblo de Llafranc, y sigue por Cala Pedrosa, Tamariu y Aigua Xelida. Otro punto ineludible es el faro y la ermita de Sant Sebastiá, en una calita entre Llafranc y Tamariu que se asoma al mar a 178 metros de altitud. Finalmente se alcanza la bahía de Aiguablava, el cabo de Begur y las calas entre acantilados de Sa Tuna, Siguafreda y Sa Riera, ideales para acabar el viaje para saborear junto al mar un siquet de pescado (guisado con patatas) o un arroz marinero. MSS


1 comentario:

  1. Enhorabuena por el artículo, la verdad es que hay ya ganas de verano...

    Para mi, un lugar imprescindible de para visitar en nuestro país es la Costa Brava, y concretamente Ampuriabrava. Es impresionante los paisajes y las torres de lujo que podemos encontrar en este lugar.

    ¡Un saludo!

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