La Torre de la Pólvora es en realidad una puerta gótica de entrada al recinto de la ciudad antigua, una de las trece puertas que se abrían en la hoy desaparecida muralla praguense.Una decena de puentes conecta las orillas del río Modalva a su paso por Praga. De estos puentes, el más importante y uno de los atractivos turísticos más impresionantes es el Puente de Carlos IV, que conduce al Barrio de Malá Strana. Entre sus santos de piedra encaramados a los pretiles, se encuentra el santo Juan Nepomuceno, patrón de Bohemia.
Entre otros tesoros de la ciudad, se encuentra la iglesia de San Nicolás, con su enorme cúpula verde y que alberga la nave gótica más impresionante de la ciudad. Por encima de ella se impone el Castillo de Praga y las torres agudas de la catedral de San Vito. En cambio, queda oculta a la mirada la iglesia de Santo Tomás, también llamada de los Españoles porque los miembros del cuerpo diplomático español la frecuentaban y sostenían con sus donativos en el siglo XVIII.
Sobre Malá Strana se erige el Castillo, sede de los reyes y actualmente de los presidentes de la República. En el recinto del Castillo se erige la catedral de San Vito. Este monumento tiene una mezcla del gótico tardío con el neogótico. Sus paredes albergan el Panteón Real, la tribuna del Oratorio y la capilla de san Wenceslao. MSS